Los casi 1400 niños y jóvenes que tenemos en la institución educativa pueden contribuir a hacer un entorno mejor realizando acciones concretas y planificadas en las cuales pongan en práctica lo que han aprendido en las clases.
Se trata de incentivar a los niños, niñas y jóvenes a que actúen en tanto que ciudadanos comprometidos. Y hacerlo mediante la participación en actividades concretas, en las cuales puedan poner en práctica lo que han aprendido, en lugar de hablar acerca de su importancia, o en lugar de simplemente ejercitar en el aula habilidades democráticas.
En primer lugar, porque el verdadero éxito de la educación consiste en formar buenos ciudadanos capaces de mejorar la sociedad y no sólo su currículum personal. En segundo lugar, porque los niños y jóvenes no son los ciudadanos del futuro, son ya ciudadanos capaces de provocar cambios en su entorno, mediante mediante acciones planificadas que le den sentido a sus aprendizajes.
Y en tercer lugar, porque hacer un servicio a los demás, ayudar a los otros, es uno de los métodos de aprendizaje más eficaces, porque los niños y jóvenes encuentran sentido a lo que estudian cuando aplican sus conocimientos y habilidades en una práctica solidaria.
Un enunciado original de la Carta de los Derechos de la Infancia de 1923, decía: El niño ha de ser educado en el sentimiento de que ha de poner sus mejores cualidades al servicio de sus hermanos. Esta idea encierra el concepto más elevado de la participación: los niños y niñas tienen derecho a contribuir a mejorar la sociedad, a hacer este mundo más fraternal y habitable.
Con frecuencia argumentamos que nuestra institución educativa se encuentra aislada del contexto sociocultural de Morales porque desde el aula de clases no se promueve el conocimiento y la reflexión sobre la realidad local que nos rodea. ¿Qué nos impide hacerlo?
Creo que una buena manera de hacerlo, no la única obviamente, podría ser orientar a nuestros estudiantes a que encuentren en su entorno inmediato una aplicación o un uso práctico de los conocimientos adquiridos.
Y es aplicación de conocimientos puede traducirse en la planificación y ejecución de proyectos, actividades de proyección a la comunidad, campañas, participación en acontecimientos sociales, organización de eventos para beneficio de sus compañeros, etc.
La conocida propuesta educativa denominada "Aprendizaje-servicio" combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado, en el cual los participantes se forman al implicarse en necesidades reales del entorno con la finalidad de mejorarlo.
Es un método para unir éxito escolar y compromiso social; para aprender a ser competentes siendo útiles a los demás. El Aprendizaje-servicio le dice a los maestros: “mete a tus alumnos en acciones donde tengan la oportunidad de aprender siendo útiles a los demás”.
El siguiente es un ejemplo prototipo de la filosofía del aprendizaje servicio:
- Plantar un árbol dónde se necesita es un acto solidario.
- Investigar las características del bosque y las causas de su degradación, es una actividad de aprendizaje.
- Hacer una campaña de reforestación aplicando lo estudiado, es aprendizaje - servicio.
Finalmente en el siguiente enlace se puede mirar un vídeo que describe en que consiste la estrategia pedagógica denominada Aprendizaje-servicio. http://tedxtalks.ted.com/video/TEDxBarcelona-Roser-Batlle-Apre